¿Qué es la ovulación?

La ovulación es un fenómeno que ocurre una vez durante cada ciclo menstrual, generalmente a mitad de este. Se considera como el momento de más alta fertilidad de la mujer.

Tiene lugar cuando uno de los ovarios libera un óvulo (a veces, más de un óvulo). Cada mes se produce la maduración de un óvulo dentro de un ovario. Una vez que el óvulo alcanza un determinado tamaño, sale del ovario y se dirige hacia la trompa de Falopio en dirección al útero.

El ovario que libera el óvulo es bastante arbitrario ya que la ovulación no se alterna necesariamente entre los dos ovarios en cada ciclo. En muchas mujeres suele ocurrir de manera oscilante entre los dos ovarios, a veces en el derecho y otras en el izquierdo, sin seguir ningún tipo de patrón. En otras, ocurre sobre todo en uno de ellos, y el ovario inactivo es denominado el “ovario vago”. Sin embargo, la calidad de los óvulos no se ve afectada en ninguno de los casos.

En la ovulación, el óvulo maduro se dirige a la trompa de Falopio, por las donde comienza su camino hacia el útero. Algunas mujeres sufren dolores de ovulación mientras esto sucede.

Este viaje dura entre 5 y 6 días, y si tiene lugar la fecundación del óvulo por parte de un espermatozoide, el óvulo se transforma en una nueva célula llamada cigoto o célula huevo. En el trayecto hacia el útero empieza a segmentarse. Esto quiere decir que las células del cigoto se van dividiendo sucesivamente para reproducirse. Cuando arriba al útero, se implanta en las paredes, y allí va creciendo a lo largo del embarazo.

¿Cómo darte cuenta si estás ovulando?

Saber cuándo ocurre la ovulación te sirve en caso de que estés buscando quedar embarazada. Si prestás atención a tu cuerpo, podés detectar algunos de los signos de que la ovulación es inminente.

Cambios en el flujo vaginal. A medida que tu ciclo avanza, aumenta la cantidad y varía la textura del flujo vaginal. Esos cambios reflejan el aumento de estrógeno en el cuerpo. La fertilidad alcanza su punto más alto cuando el flujo es claro, resbaladizo y elástico, algo similar a una clara de huevo cruda. En general, el flujo actúa como protección, pero en ese momento fértil del ciclo ayuda a que el esperma se desplace por el cuello uterino para llegar al útero y encontrarse con el óvulo en las trompas de Falopio.

Aumenta la temperatura corporal. Tras la ovulación, la temperatura del cuerpo puede aumentar entre 0,4 y 1,0 grados. Es un cambio imperceptible, pero se puede detectar con un termómetro que mida la temperatura corporal basal. Este aumento indica que ya ovulaste, porque la liberación de un óvulo fomenta la producción de la hormona progesterona, y eso eleva la temperatura corporal.

Sin embargo, la mayor fertilidad ocurre dos o tres días antes de que la temperatura alcance el punto más alto, por lo que generalmente ese momento ya no es el óptimo para tener la mejor probabilidad de concebir. El óvulo solo sobrevive alrededor de 24 horas, y la progesterona recién alrededor de uno o dos días después de la ovulación aumenta a un grado suficiente para elevar la temperatura del cuerpo. La mejor manera de guiarse por la temperatura es tomártela todas las mañanas durante un tiempo, para identificar cómo funciona tu cuerpo y poder predecir cuándo es más probable la ovulación. Dos o tres días antes de que normalmente aumente tu temperatura es cuando deberías tener relaciones sexuales para tener más chances de quedar embarazada.

Se siente malestar en el bajo vientre. Alrededor de un 20% de las mujeres perciben los síntomas de la ovulación, que van desde un leve malestar hasta punzadas de dolor, que dura entre unos minutos y varias horas.

¿Cómo calcular las fechas?

Podés calcular cuándo debería comenzar tu próxima menstruación y contar hacia atrás de 12 a 16 días. El resultado son los días en los que probablemente estés ovulando. En las mujeres con un ciclo de 28 días, el día 14 suele ser el de la ovulación.

Se considera que la fase fértil de una mujer ocurre entre 72 horas antes y 24 horas después de la ovulación. Es decir, durante unos 5 días existe la posibilidad latente de quedar embarazada.